miércoles, 26 de diciembre de 2012

_______Se va, se vá, el 2012 con penas y glorias ... se vá._______


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Algunas penas, no hemos sido tan diferentes, no hemos sido tan consecuentes como hubiéramos querido, pero ahí, tercos a nuestros principios, con esperanza de concretarse.

Muchos que no han entendido, o así parece, lo que significa institucionalidad, incapaces de integrarse a un proyecto conjunto trabajando verdaderamente en equipo, confundiendo diversidad con desorden, por no hablar de otro de tipo de confusiones. Algunos pescadores azuzando ríos revueltos, aguas turbias, para que no vean las corrientes que los impulsan.

Si algunos calificamos a nuestra sociedad como permisiva, corrupta e hipócrita, no podíamos dejar de lado esta visión hacia nuestros partidos políticos, por lo menos en más de un adjetivo. Una cultura de participación interesada y sesgada, sin claudicar a intereses personales o personalistas. Ahí lo hechos, contundentes, expresivos. No basta pues tener una camiseta, es construir verdaderamente un proyecto y viabilizarlo, como se fundó hacerlo.

Algo que caracteriza los grandes logros, los grandes proyectos sociales y hasta políticos, es el desprendimiento. Ni somos dueños de la verdad, ni de los esfuerzos que compartimos alguna vez, ni de los sueños que interpretamos. Es entregarse a la causa, con lo mejor, sin esperar nada como compensación, hasta ignorar nuestra propia existencia en el camino.

¿Cosas buenas en el 2012?, Muchas, desde la persistencia de mucha gente, con errores y aciertos, en continuar esta apuesta ecológica, por la defensa de los pueblos originarios. Por un respeto a nuestra diversidad y a nuestras nacionalidades. Por el mejor entendimiento que como sociedad debiéramos forzar, en un término que está madurando, el buen vivir.

Es que la bandera que cogimos, una que difícilmente puede superarse y la cual no hay que desperdiciarla, porque su ventaja y fortaleza es muy grande, nos compromete a igual altura. Tenemos y tratamos de ser dignos de ella. La humanidad y su habitat. Qué mejor empeño que preservarnos como seres sensibles a nuestro entorno, porque somos también sociedad de sueños y sentimientos.

Que hay que reconocer esfuerzos personales, creo que todavía es muy temprano, cada quien que puso su granito de arena en esta parte del camino sabe en su conciencia lo que merece de mención, sin exagerar ni restar, todos hicimos algo importante, tan importante como que estamos presentes, en existencia para aportar hasta cuando el destino o la Fe de cada quien lo permita.

Aún estamos en el 2012, este tiempo no ha culminado todavía, sigamos trabajando este sueño y que nadie lo destruya.



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